Body Horror: Subgénero de Terror

Dentro del enorme arco de formatos y estilos que existen dentro del “Terror”, repta un subgénero que es tan interesante como repulsivo. Y a pesar de que algunas joyas clásicas del cine caen en su categoría, el grueso de su contenido se mantiene relativamente desconocido para el público general. Estamos hablando del “Body Horror” (u “Horror Corporal” en español). Para generar una rápida idea de las principales características de este subgénero, se puede pensar en “La Mosca” (1986), dirigida por David Cronenberg, y “La Cosa” (1982), dirigida por John Carpenter. 
Sin embargo, desde este espacio decidimos reseñar tres exponentes mucho menos conocidos, pero que también son pilares de este particular grupo aunque no estén tan a la vista. 

Street Trash (1987)
Comenzamos esta examinación con “Street Trash”, de J. Michael Muro. En esta película, acompañamos a un protagonista que vive en un depósito de chatarra junto a varias otras personas, y presenciamos de primera mano las muertes y el caos que ocasiona una extraña bebida que comienza a circular entre ellos. El dueño de una cuestionable licorería de la zona encuentra, en el sótano de su local, una caja con unas misteriosas botellas que se llaman “Viper” (“Víbora”). Sin importarle demasiado el aspecto claramente insalubre de los frascos, y sin conocer la reacción que genera el líquido al ser ingerido, las pone en venta en su negocio a un precio muy económico. La primera víctima no tarda en llegar. Uno de los indigentes de la zona compra una Viper, y se apresura a tomar algunos sorbos de la desagradable bebida. De esta manera, pronto descubrimos los horrorosos y deformantes efectos del peligroso fluido.



Slime City (1988)
Seguimos con “Slime City”, de Greg Lamberson. Como dato curioso, esta película es considerada la precuela espiritual de Street Trash. La trama gira en torno a un jóven que se muda a un antiguo y destartalado complejo de edificios. En este lugar viven, además, dos señoras mayores (que son las dueñas), un extraño poeta, y una misteriosa mujer. Roman, el poeta, invita a nuestro protagonista a comer a su departamento como bienvenida, y comparten un trago de un líquido singular que tendrá efectos muy particulares sobre el nuevo inquilino.


Brain Damage (1988)
Para cerrar esta primera examinación del subgénero Body Horror, tenemos “Brain Damage”, de Frank Henenlotter. Esta película trata sobre un jóven muchacho y una extraña criatura azulada con forma de gusano, cuyos orígenes, según uno de los personajes, pueden rastrearse hasta la Edad Media. Este misterioso ente escapa de la casa de unos ancianos (que lo tenían como “mascota”), y logra llegar hasta el departamento del protagonista, donde descubrimos sus habilidades: puede secretar un líquido directamente en el cerebro de su huésped, que provoca euforia, felicidad incontrolable, y amnesia. Esta sustancia prueba ser altamente adictiva, pero la criatura se niega a entregarla libremente… y a cambio de ella, demanda su alimento preferido: cerebros humanos.